Cuantos ´No Puedo¨ te has creído...

Durante una función de circo, el elefante hace ostentación de su peso, su tamaño y su fuerza descomunal; después queda sujeto solamente por una cadena gruesa que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca enterrada a unos centímetros en la tierra, es obvio que ese animal, capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad, arrancar la estaca y huir. ¿Por qué no lo hace?
“El elefante no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño”. Seguro que hubo momentos que de chiquito, empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que hasta se durmió agotado y que, al día siguiente, volvió a probar, y también al otro, y al que seguía, hasta que un terrible día,  el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Este elefante enorme y poderoso no escapa, porque cree que no puede.
Él tiene registro y recuerdo de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor, es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente si podria soltarse ahora. Jamás, jamás, intentó poner a prueba su fuerza otra vez.
Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante. Vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que no podemos hacer un montón de cosas; simplemente, porque alguna vez probamos y no pudimos. Grabamos en nuestro recuerdo: ″¡No puedo! ¡No puedo y nunca podré!″ Crecimos aceptando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar. La única manera de saber si podemos, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo el corazón.

Jorge Bucay