¿Por qué compramos tanta ropa?

Si ya has picado de todas las micro colecciones del mercado de esta temporada, considérate un pequeño eslabón más del fenómeno “fast-fashion”. Y es que, como bien sabemos todos, ir a dar un paseo supone volver con tres bolsas en cada mano. Estar desanimado, deprimido o desganado, son algunos de los motivos que también colaboran en la recopilación de estos datos (que levante la mano quien alguna vez estando en alguno de los estados anteriores, no ha salido a picotear, a ver si se le subía la moral).
Lo cierto es que suele funcionar. Está demostrado. Tras un día agónico, un par de compras, esa faldita que te queda tan mona y una blusa a juego y te vas a casa con otro aire. Que esto funcione, hace que repitamos. Y si repetimos en exceso, acabamos formando parte del público objetivo del estudio mencionado.

¿Y qué nos mueve a tener tanto ansia a la hora de comprar?

Los expertos aseguran que hay razones de peso que nos llevan a comprar sin ningún tipo de control. Baja autoestima en momentos puntuales, razones (de nuevo) de tipo social, como la búsqueda de aceptación por parte de un grupo, fuertes tendencias hedonistas dirigidas al consumo, compulsividad sin límites, insatisfacción personal, falta de alicientes... todo esto, por otra parte, configura la personalidad del adicto, sustentando a su vez los pilares de las grandes cadenas de moda.

Vale, no vamos a ponernos dramáticos. No todos los que compramos tenemos que ser adictos. Sin embargo, la moda rápida, los periodos cortos de tiempo en los que se exponen determinadas colecciones o la exclusividad que buscamos, saca a la luz un pequeño adicto o, por lo menos, cierto ansia de moda en cada uno de nosotros para no perder comba.

Y dentro del territorio WWW, se cuecen razones de mayor peso aún. Poder revisar miles de prendas en tan sólo unos minutos mediante un ligero toque de ratón, no tener que hacer cola para pagar y tener cada vez más facilidades de devolución si no estamos satisfechos, además de tener la posibilidad de acceder al mayor bazar de outlets del mundo sin tener que hacer kilómetros son puntos a favor de la compra compulsiva irracional que olvida un pequeño gran detalle: ¿lo necesitamos realmente?

Y por si todo esto fuera poco, aún nos atrevemos a añadir un factor más a todo este entramado perfectamente tejido: los blogs de moda. Ya no hablamos de cientos, hablamos de miles de personas que cada día muestran su estilo, su forma de elegir cada prenda, sus combinaciones, sus gustos... y la facilidad y rapidez con la que estas pequeñas acciones cotidianas nos llegan a todos con tan sólo un pestañeo. 

Como decimos, pequeños gestos diarios que todos realizamos en nuestras casas cada mañana pero que, de mano de unos pocos, resulta “inspirador” y potencialmente peligroso si eres de ese 3% de población con problemas serios a la hora de comprar.
Así funcionamos y poco más podemos hacer, pues a la vista están los buenos resultados de ventas en todos los terrenos, los millones de likes a todo #lookoftoday que se precie, a todos los mensajes de “Lo sentimos, esta prenda está agotada. Introduce aquí tu email y te avisaremos cuando esté disponible”.

Y al fin y al cabo, no vamos a ponernos exquisitos, que a nadie le amarga un dulce. Ni tampoco esa faldita tan mona que nos hace sentir como divas.

Blanca del Río